Medio Ambiente

Molina: “La afección por procesionaria del pino va a ser mínima este año”

El edil de Medio Ambiente, José Tomás Molina, ha informado sobre la actuación del ayuntamiento tras los numerosos daños sufridos por el arbolado en el término municipal a causa de los sucesivos temporales de lluvia, nieve y viento de las últimas semanas.
En referencia a la Sierra de Salinas, cuyo estado fue denunciado recientemente por el PSOE, el edil señalaba que “son muchos los daños, especialmente de ramas tronchadas y árboles caídos sobre los caminos comunales”, y precisamente esa ha sido la primera actuación realizada: “liberar los caminos afectados”, decía, admitiendo no obstante que “queda mucho por hacer y no es sencillo, puesto que la titularidad no es pública, sino que se trata de parcelas privadas de los comuneros”.

Al respecto, explicaba que a finales de 2015, y a instancias del ayuntamiento, el Consell otorgaba a Sierra Salinas la declaración de Monte de Utilidad Pública, una figura que “otorga mayor protección y permite concurrir a subvenciones de Generalitat y Diputación para su conservación”. No obstante, “hubo alegaciones de algunos colonos, y el proceso está en suspenso hasta que haya una resolución, por lo que legalmente no podemos actuar”. Así, el ayuntamiento “seguirá haciendo lo que pueda, como liberar los caminos, pero es necesario, mientras se resuelven esas alegaciones y se concreta la protección legal de la sierra, firmar un convenio con los colonos para poder actuar en la zona”.

Al margen de esto, apuntaba Molina, “estamos estudiando otras actuaciones, desde la creación de una patrulla o brigada medioambiental que pueda actuar en la zona hasta el control del tráfico en los caminos, así como incidir en el voluntariado medioambiental”.

De igual modo, señalaba que en otra de las zonas más dañadas, Peña Rubia, existe un problema similar, “pues se trata de árboles dañados en parcelas privadas, y lo más que podemos hacer es autorizar a los propietarios la retirada y tala de esos árboles”, concluía.

Plaga de procesionaria
En otro orden de cosas, el edil pedía “precaución y prudencia” a los ciudadanos y a los propietarios de mascotas, puesto que “estamos en el punto álgido de la plaga anual de procesionaria, el momento en el que empiezan a salir de las bolsas y bajar al suelo, provocando reacciones alérgicas y sarpullidos por su pelo urticante, además de daños más graves a los perros que olisquean, chupan o muerden a la procesionaria”.

No obstante, señalaba que “el ayuntamiento ha realizado el tratamiento de costumbre, como todos los años, desde el pasado mes de septiembre, y por los rastreos que hemos hecho en las parcelas de propiedad municipal, pensamos que este año la afección va a ser mínima, al menos en terrenos municipales”.

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